miércoles, 19 de mayo de 2010

Sinicamente amorosos

¿Era acaso necesaria la venganza? Pobre, ¿que no te das cuenta que tus insultos, tus garabatos y tus filosofias de cartón logran aumentar en cierta manera mi egocentrismo?
No es que quiera defenderme, al contrario, quiero protegerte, protegerte de ti misma. No eres capaz de darte cuenta que cuando te saludo lo primero que miro son tus pechos para, con la mirada, comprobar el estado en que se encuentran; siempre el mismo, natural a tus dieciocho años, paraditos y, como les decia yo en nuestra intimidad, despiertos mirando hacia donde tu ya sabes. Trataba de protegerte de tu poco autocontrol, ¿o acaso esos saludos con el aire entrecortado saliendo por tu boca era por que te habias cansado al caminar hacia la puerta?
Pobre, aún me acuerdo al mirar la cama, que me prometias amor eterno, y yo, cual amante de teleserie, de esas de la hora de almuerzo, te escuchaba haciendo como que te creia. ¿Y ahora que? Tengo tantos secretos de ti que, si fuera como tu dices, un patan, un desnaturalizado, un poco hombre, un maricón, tu papá te desheredaria, tu hijo estaria en un hogar de menores y tu, durmiendo quizas donde... si es que estando en la calle eres capaz de dormir.
Y es que no puedo hacer otra cosa que reirme de tu ironia, que burlarme a carcajadas de tu inmadurez y mandar al carajo todas esas frases rebuscadas y manoseadas para decirme que te calentaba el solo hecho de tenerme cerca.
Y ahora me pregunto ¿si ya me conocias hace casi cuatro años, para que, dime, para que hiciste el amor conmigo en la cama, en la alfombra, en el comedor y hasta en el cerro, si se suponia que conocias, según tu, mi fama de "mujeriego"?
Lamentablemente es asi, y estoy casi seguro que, en unos dos o tres meses más, llegaras nuevamente a golpear la puerta de mi casa para que te acompañe a comprar leche, o pan, o azucar o lo que me quieras hacer creer para estar conmigo y llegar a tu casa, hacer dormir a tu hijo y, como en los tiempos idos, desnudarnos de esa forma que solo tu y yo sabemos, de esa forma sinicamente amorosa entre las sabanas de tu cama, hacer el amor y, despues de haber sido yo un patan y tu una despechada, hacer que esta maldita historia siga su rumbo, la historia de un patan egocentrico y de una niña despechada e insaciable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario