domingo, 23 de mayo de 2010

Para vivir

Por que me dijiste cuando comenzamos con toda esta aventura, con todo este "proceso" de ser convivientes, que te fastidiaba la monotonía, la poca originalidad. Que el ser repetitivos no iba contigo, sin embargo, cada mañana, sea otoño, invierno, haga frió o calor, tu despertar es el mismo. Siempre antes que yo, claro. Pero cada mañana es igual.
Te despiertas y entre sueños oigo la realidad que, a esas horas, me encantaría no sentirla. Se como miras al techo cada vez que sientes mis ronquidos. Se los gestos que haces mirando a la muralla. Noto que tus ojos aun se encuentran un tanto empañados de sueño. Creo poder entrometerme en tus pensamientos y ver como recuerdas la noche recién ida, con sus gestos, sus risas y con el ruido que produce nuestra intimidad.
Y durante estos largos tres años a sido lo mismo, la misma repetición matutina que, luego de tu bostezo (que siempre he tenido la sensación de que es actuado, solo para fastidiarme) logras que me despierte, me gire hacia ti, te salude con esa cara de idiota simulando ternura que, estoy seguro, tengo por las mañanas y logre tener el primer contacto del día contigo, un beso.
¿Y te has puesto a pensar lo que significa ese beso? Si no te conociera tan profundamente, podría llegar a pensar que tus respuestas serían las mas románticas, las mas tiernas y claro, cualquiera pensaría que responderías de esa manera, pero la risa que suelto en este momento es por que se perfectamente lo que me dirías: ¿Que va a significar? Me estai saludando po, ¿o queri que te diga que ese beso con el tufo hediondo y la saliva espesa es lo mas romántico del día, lo mas tierno? Tay loco y ya, déjate de hablar huevadas.
Bien se que tus palabras despectivas con respecto a mi pregunta son solo para molestarme, por que sabes que aquel beso de las mañanas es el que me une a ti para el resto del día. Sabes bien que esa monotonía matutina de hace tres años es lo que nos tiene aquí, repitiendo día tras día la rutina de tus muecas, tus gestos, mis ronquidos, tus bostezos y, finalmente, el beso.
Claro esta, no puedo pretender convencerte de que aquel beso es de máxima significación para nuestra relación y de que gracias a el, en el día no pienso en nadie mas que en ti. Se que no me creerías y que te reirías a carcajadas de, como dices tu, mi "cursileria"
Pero esta bien, es así como te conocí, es así como comenzaste a ser parte de mi vida y es así como, día tras día, después de ese beso feo, espeso y mal oliente (digo eso por que es como lo ves tu) continuamos amarrados y esclavos de nuestra disimulada rutina que nos lleva cada mañana a besarnos, tu con tus ironías, yo con mis placeres y a continuar siendo el uno para el otro.
Ahora llegas cansada. Te abalanzas sobre mi cuello y, según tu, me das el beso que necesitas para recuperar las fuerzas. Sonrío y digo que te amo. Así lo siento y tus besos influyen en la decisión de amarte. Para mi tus besos, son para vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario