viernes, 20 de agosto de 2010

Cosas de protestas



Soy uno más entre la turba enardecida que grita sin cansancio. Soy uno más que entrega su fuerza para, de una vez por todas, acabar con estas injusticias que nos corrompen día a día. Soy uno más de los que hace fuerza para intentar romper esa barrera polisiaca que no nos deja avanzar. Siento la presión de la multitud en mi espalda, la siento como el aliento que me da animo para seguir luchando. Veo como un policia golpea a un joven, intento no perder de vista a mis amigos pero, al mismo tiempo, intento concentrarme en romper esa maldita barrera de humanoides que, con ese color verdoso, parecen verdaderos robots alienigenas.
Llega la hora de correr. Nos empujan forzosamente hasta que los torturadores gases lacrimógenos revientan. El carro lanza agua hace lo suyo, mientras veo como a mi lado, caen dos compañeros producto del violento chorro de agua. A ciegas por el gas, sigo corriendo, sin dejar de gritar y de escuchar como mis compañeros hacen lo mismo.

- "A luchar, construir, el poder estudiantil!!!!!"

- "Paco farsante, tu hijo es estudiante, Paco fascista, tu hijo es terrorista!!!"

Paradojicamente, el monumento al guerrillero Manuel Rodriguez se alza hacia el cielo como proclamando la victoria popular... pero la realidad de hoy es otra. Una vez más intentan destruir nuestro derecho a la libertad de expresión. Una vez más intentan cohartar la lucha popular.
Por un momento recuerdo las historias de mi abuelo. Aquellas del oscuro tiempo de dictadura. Ahora esas historias se vuelven realidad. Realidad que esta frente a mis ojos. Y no lo puedo creer. Estamos volviendo atras, estamos retrocediendo en el tiempo.
Pasa un compañero atrapado por seis brazos policiales. Cae un amigo producto de los mareos por los gases. Corren unas muchachas, arrancando de unos policias que van tras de ellas. Pasa el guanaco lanzando agua. Me ven. Siento la presión en mi pecho y caigo empapado. Me levanto y siento un grito de advertencia: "Corre que van los pacos atras tuyo!!!!!"
Como si alguien me empujara, corro a más no poder. Salto algunos bancos del parque, me tropiezo pero no caigo. Cruzo la calle sin mirar los vehiculos que venian. Cámaras fotográficas registran el momento cuando el policia me persigue. Veo piedras que vuelan sobre mi cabeza. Siento que me dicen: Bien compadre, no dejaste que ese paco te pillara.
Solo ahí me doy cuenta de que ya no me persiguen. Todo es desorden y caos. El tránsito es cortado por improvisadas barricadas. Siento que a lo lejos suenan unas sirenas.
Creo que hay tiempo para fumarme un cigarro, pero no tengo encendedor...



Nuevamente aquí. La misma plaza que he registrado en otras movilizaciones. Ya se siente la tensión en el aire. Muchos jovenes estudiantes con sus pancartas, cantan y gritan eufóricos. Banderas y lienzos van al frente, panfletos vuelan esparcidos en el aire.
En el otro lado, la policia los mira desafiantes. Apostados en lineas rectas, cientos de policias rodean el lugar. Pienso en los hijos de estos carabineros. Ellos deberian estar también aca, luchando y defeniendo sus derechos. Me harta pensar que esos jovenes estan reprimidos por la idea de sus padres. Me harta pensar que estos padres repriman a jovenes como sus hijos.
Pero es así, no puedo hacer nada. Tengo que callar y limitarme a gritar con mis imagenes.
Ya es la hora. Los gases ya han explotado. Mi cámara ya lo a capturado. Atraviezo la densa muralla de gas. Mis ojos revientan, lloran. Veo como a mi alrededor, jovenes caen desmayados por este elemento de tortura propio de una guerra. Y no puedo hacer nada. Solo mi cámara hace su trabajo.
Impotente me siento al contemplar tales abusos. Niños que corren, perseguidos por una bestia humana. Uniformes escolares enfrentados a verdaderas armaduras. Lapices enfrentados a revolveres. Mochilas enfrentadas a gases lacrimógenos.
Un grito de advertencia capta mi atención: "Corre que van los pacos atras tuyo!!!!!"
En un intento de ayudar a aquel joven que corre, me acerco con mi cámara para captar el momento y demostrarle que tiene mi apoyo. Hacerle sentir a ese policia, la prescencia de mi cámara y que estoy capturando el abuso cometido por el.
Piedras pasan por sobre mi cabeza. Sigo la persecución con la cámara en la mano. Disparo el flash. El policia se da vuelta y me encara. Le respondo a este "guardian del orden" que, al igual que el, estoy trabajando (aunque no este de acuerdo con su puto trabajo). El muchacho ya a huído. El policia da la media vuelta y desaparece entre gritos y piedras de los manifestantes.
Todo es desorden y caos. El tránsito es cortado por improvisadas barricadas. Siento que a lo lejos suenan unas sirenas.
Creo que hay tiempo para fumarme un cigarro. Vuelve a aparecer el muchacho. Me acerco y le hablo: "Toma, yo tengo encendedor..."

5 comentarios:

  1. al estado no le molan las protestas..

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  2. Muy bueno el planteamiento dual del mismo hecho...

    Y de todo esto, una sabe bastante... me has llevado a tiempos pretéritos, caramba!

    Un besote!

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  3. Estimado, no sé si te has dado cuenta (yo creo que sí), que tienes dos armas para luchar sin violencia (aun en medio de la violencia): tu cámara y tu palabra...

    Abrazo.-

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  4. Suscribo el apunte del profe. Cierto!

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  5. buen testimonio, aunque ultra complicado vivirlo en aquella circuntancia. Buenas fotografias ademas de tus fragmentos

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