viernes, 25 de marzo de 2011

Estimulo

"No quisiera mirarte todavia, se que estas moviendo tus piernas, apegadas tus rodillas bajo las sabanas donde tu desnudez se contempla al contraluz provocado por el fuego que recorre tu interior. Se muy bien que tus dientes luchan avesadamente contra tus labios, encendiendo la adrenalina que dara paso a la explosión de hormonas que atravesaran el aire, contaminando de exquisita lujuria la habitación donde hemos decidido confinarnos. Intento no mirarte, lo hago voluntariamente para dar inicio al juego de seducción.
Como si estuviera al lado tuyo, siento tu respiración entrecortada recorrer mi oido. Tu sudor se complementa con mi cuerpo y tus pechos, esos que tanto me encantan, van sintiendo el calor de mi cuerpo exitado, exitado desde el comienzo, cuando aún no queria mirarte para no caer en el juego de tus piernas.
Tu interior, tu interior no me deja hablar holgadamente, no me deja hilar frases de corrido, tu interior me agita, me enloquece; muevete delicadamente, hasme dueño de tus gemidos, naturales en este momento de placer donde a cada va y ven, el crujir de la cama se vuelve mas súblime.
Toca tu cuerpo, explota de pasión, llevame al mundo grandioso donde no hay más musica que tus gemidos ni más sensaciones que tus orgasmos empapados de humanidad. Seamos uno, tu sudor empapando mi cuerpo que empapa tus pechos y tu sexo. Mirame, si, mirame y no pienses en otra cosa que en autorizarme a entrar en tu jardin, en el jardin de tus delicias, en tu cuerpo dejando ser invadido por la lujuria que recorre cada una de las fibras de mi ser, el cual se acalora con tu fuego y... y... "

Y se da cuenta de que siempre estubo solo, siempre estubo solo paseando por los recovecos de los recuerdos de aquella noche con ella, flagelando su cuerpo como un adolescente que descubre el mundo y su mundo esta en sus manos, ahora espesas por culpa de aquel agitado recuerdo...

1 comentario:

  1. Tal vez el erotismo más delirante sea siempre el de las fantasías. Es que la imaginación puede lo imposible... tiene algo de triste eso sí: la certeza de la soledad.

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